Para combatir a la contaminación y cuidar mucho más el planeta, es necesario tener un compromiso, una convicción a la cual seguir, que puede estar respaldada con distintas normativas o acuerdos, sobre todo si éstos están fundados por una gran cantidad de países de distintas partes del mundo, como es el caso del Protocolo de Kioto.
Este acuerdo se encuentra dentro de lo que es la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) y fue definitivamente aprobado el 11 de Diciembre de 1997 en la ciudad de Kioto (Japón), aunque por distintas cuestiones, su aplicación no fue efectiva sino hasta el 16 de Febrero del 2005.
En Noviembre del año pasado fue ratificado nada más y nada menos que por 187 estados, con la curiosidad de que Estados Unidos, justamente el mayor emisor de gases invernadero en el mundo, fue uno de los que no ha ratificado este protocolo.
El principal objetivo de esta convención internacional es la reducción de emisiones de los seis gases que principalmente causan el calentamiento global, los cuales enumeramos a continuación:
- Dióxido de Carbono (CO2)
- Perfluorocarbonos (PFC)
- Hexafluoruro de Azufre (SF6)
- Gas Metano (CH4)
- Oxido Nitroso (N2O)
- Hidrofluorocarbonos (HFC)
El objetivo primario propuesto es reducir las emisiones en un 5% teniendo como fecha límite al año 2012, en comparación a la cantidad emitida en el año 1990 (donde la contaminación de estos gases alcanzaba el 100%), porcentaje expresado a nivel global, aunque cada país tiene una tasa que debe disminuir de cara al período fijado.
En lo que respecta a la Unión Europea, se han fijado las siguientes tasas de disminución de gases invernadero:
- Alemania (-21%)
- Austria (-13%)
- Bélgica (-7,5%)
- Dinamarca (-21%)
- España (-15%)
- Italia (-6,5%)
- Luxemburgo (-28%)
- Países Bajos (-6%)
- Reino Unido (-12,5%)
- Finlandia (-2,6%)
- Francia (-1,9%)
- España (+15%)
- Grecia (+25%)
- Irlanda (+13%)
- Portugal (+27%)
- Suecia (+4%)
En cuanto a España, se ha demostrado que está actualmente muy lejos de cumplir con la cantidad a la cual se han comprometido, ya que en los últimos años se alcanzaron cifras que demuestran todo lo contrario, contando con incrementos que alcanzan hasta el 52%, problemática directamente relacionada al desarrollo del transporte e industrias, además del incremento en el consumo energético.
Esto ha derivado a que en los últimos años se planteen distintas normativas que incentiven a la disminución de emisiones de gases contaminantes, destacándose por ejemplo el Plan 2000E y la exención del impuesto de matriculación, descuentos aplicados a coches que se encuentran por debajo de una cantidad de CO2 emitida.
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